Con
la presencia del Alcalde de Don Benito, José Luis Quintana, y de la Concejal de
Cultura, Natalia Blanco (y la interpretación de piezas musicales del barroco
italiano para clave y violín por parte del Ensemble Il Nobile Diletto), el
Catedrático de Literatura de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Huelva Luis Gómez Canseco, nacido en Don Benito y antiguo alumno mío en el Colegio Claret en el
curso 1978-79 (mi primer curso académico), impartió una conferencia sobre “Las
ideas de Cervantes” en el curso de las
actividades de la Semana del Libro organizada por la Concejalía de Cultura. A
partir de la lectura de su tesis doctoral El humanismo después de 1600: Pedro de Valencia, premio
extraordinario tanto de la Universidad de Sevilla como de su Ayuntamiento,
Gómez Canseco ha ido conformando una vasta y notabilísima trayectoria como
investigador, atraída, de modo preferente por los escritores del Siglo de Oro (Rodrigo Caro, Francisco Sánchez de las Brozas, Benito
Arias Montano, Fernández de Avellaneda, Lope de Vega, Mateo Alemán, Soto de
Rojas, Fernando de Herrera…), destacando sus numerosos estudios y ediciones de
la obra cervantina, tanto de El Quijote
como de sus tragedias y comedias (y de la obra apócrifa de Avellaneda).
En su intervención y partiendo de una aguda distinción de Ortega y Gasset entre ideas y creencias, Gómez Canseco trazó un recorrido por el pensamiento de Cervantes y su evolución en el tiempo ironizando sobre las lecturas delirantes de la novela (un libro anticlerical, feminista, budista, etc). Cervantes, que no se propuso ser un filósofo ni un ideólogo, es, al fin, un escritor situado en un periodo de transición entre el Renacimiento y el Barroco que muestra la complejidad intelectual de las encrucijadas: a la vez neoplatónico y realista (sus personajes femeninos descienden de modo progresivo de los tópicos idealizados a la realidad), erasmista y sincero creyente (pero Alonso Quijano no oye jamás una misa), lector compulsivo (pero el personaje, tras su transformación, no leerá ningún libro, ni siquiera el suyo), monárquico y crítico contra el sistema…, son algunas de las notas que caracterizan una personalidad poliédrica sobre la que erigió una de las más grandes obras de la literatura universal.
En su intervención y partiendo de una aguda distinción de Ortega y Gasset entre ideas y creencias, Gómez Canseco trazó un recorrido por el pensamiento de Cervantes y su evolución en el tiempo ironizando sobre las lecturas delirantes de la novela (un libro anticlerical, feminista, budista, etc). Cervantes, que no se propuso ser un filósofo ni un ideólogo, es, al fin, un escritor situado en un periodo de transición entre el Renacimiento y el Barroco que muestra la complejidad intelectual de las encrucijadas: a la vez neoplatónico y realista (sus personajes femeninos descienden de modo progresivo de los tópicos idealizados a la realidad), erasmista y sincero creyente (pero Alonso Quijano no oye jamás una misa), lector compulsivo (pero el personaje, tras su transformación, no leerá ningún libro, ni siquiera el suyo), monárquico y crítico contra el sistema…, son algunas de las notas que caracterizan una personalidad poliédrica sobre la que erigió una de las más grandes obras de la literatura universal.
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