PENSIÓN
SALAMANCA
Susana
Martín Gijón
Sevilla,
Anantes, 2016, 88 págs.
Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) ha publicado en la editorial sevillana Anantes hasta el momento tres novelas de trama policial ambientadas en Extremadura (Más que cuerpos, 2013, Desde la eternidad 2014 y Vino y pólvora, 2016) que impregnan las tramas de una notable carga de denuncia social, contemplada desde una perspectiva francamente femenina. En 2015 la Editora Regional de Extremadura publicó Naufragios (finalista de los premios "Felipe Trigo" de novela corta y del premio "La Trama / Aragón Negro" de Ediciones B), una novela ambientada en San Francisco en cuya trama una joven relata en primera persona el sórdido universo de "náufragos" en la gran ciudad. Más tarde, la escritora ha publicado Pensión Salamanca (2016) y Destino Gijón (2016), dos novelas cortas protagonizadas también por
la oficial de policía Annika Kaunda.
Pensión Salamanca es una novela corta que inicia su
trama con la llegada a la ciudad de una joven novelista que ha decidido asistir
a un congreso de novela negra, en que se darán cita los más reconocidos
cultivadores del género, pero en la pensión en que se aloja será testigo de un
crimen en que se verá involucrada. Consciente de que todos los indicios apuntan
hacia ella, Susana Martín Gijón le pedirá a Annika Kaunda, la oficial de
policía de sus anteriores novelas, que demuestre su inocencia, una
circunstancia que convertirá en protagonistas a la escritora y al personaje que
ha creado. De filiación cervantina, el procedimiento otorgará a esta pequeña
narración un desarrollo lúdico, que se aleja del propósito testimonial de las
novelas extensas de la trilogía para convertirse en un divertimento intelectual
(objetivo de muchas de las novelas del género), lleno de ingenio y humor.
Reproducimos un fragmento en que las dos mujeres hablan de David Knutson (un
profesor estadounidense real especializado en novela negra española).
“- Espera, se me ocurre alguien. David
Knutson.
-¿David Knutson?
-Sí –afirmé, más convencida ahora-. Es
estadounidense, profesor en la Xavier University y asiduo de los congresos de
novela negra más acreditados, como Medellín Negro en Colombia o este en
Salamanca. Tiene todos los conocimientos y los contactos necesarios. Sí, sin
dura recurriría a él.
-¿Puedes describírmelo?
-A ver… Ojos claros, piel sonrosada –me
quedé pensando unos segundos y no pude evitarlo. Parafraseé a Chandler como la
más friki de todas las frikis-. Cerca de dos metros, algo más de cien kilos sin
corbata. Un tío con todas las de la ley.
Annika me estudió durante unos momentos mientras yo sonreía como una
tonta ante mi –a mi parecer- mi ingeniosa salida, tras lo cual cabeceó por
enésima vez y se levantó.
-De acuerdo. Ahora tengo que irme.
-Pero… ¿cómo? ¿Qué está pasando? ¿Para
qué querías saberlo?
-De momento no puedo contártelo.
Volveré –aseguró antes de salir por la puerta y dejarme con la boca tan abierta
que parecía que se me iba a descoyuntar. Cuando fui capaz de cerrarla fue para
refunfuñar.
“Crear sabuesas para esto”. [pp. 64-65]
En la fotografía, dos personajes de la novela: David Knutson y Susana Martín Gijón.
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