Y, FINALMENTE FRAMBUESAS
Francisca Ruano
Madrid, Ediciones Libertarias, 2016, 85 págs.
Introducción de Almudena
Mazarrasa Alvear.
Una estrecha relación con Extremadura mantiene Francisca Ruano (Madrid, 1946), autora de una amplia trayectoria
cuentística de creciente calidad, con una marcada simpatía por Portugal y sus
gentes. Hasta ahora la narradora madrileña ha publicado las siguientes
compilaciones: Cuentos de Badajoz (Badajoz,
Universitas, 1989), Cuentos al azar
(ibid., 1990), Cuentos de amor y todo eso
(ibid. 1991), ¿Y la felicidad?
(Avila, Institución Gran Duque de Alba, 1991), Cuentos de agosto (Badajoz, Universitas, 1992), Cuentos de Portugal (Badajoz,
Universitas, 1992), en tanto en la editorial madrileña Libertarias han visto la
luz Cuentos de fin de siglo (1993), Besos y abrazos (1994), ¿Por qué te crees tan especial? (1995), Nadie está ya enamorado (1996), Qué pasa con la vida de la gente (1996),
Pobre poeta sin éxito (1997), Cuentos portugueses (1997), Extranjeros, vagabundos y desconocidos
(1998), Las niñas se casan y punto
(1999), Los mejores (1999), Días sin gloria (2002), Las flores del silencio (2004) Archipiélagos (2005), Entretenimientos privados (2007), Invierno español y portugués (2012), Será la boda más bonita del mundo (2013)
y Un mono solitario es una criatura
vulnerable (2015). Ahora, la misma editorial madrileña Libertarias publica Y,
finalmente frambuesas (2016), una compilación de veintinueve narraciones,
de la que publicamos un sucinto microrrelato.
HACIA MEDIADOS DE AGOSTO
Unos minutos antes de salir para Setúbal, una mujer piensa al amanecer algo sobre los cafés y los hombres. Cafés que tomó con ellos cuando fue una muchacha, cafés que pidió acompañada., en tantos sitios y situaciones, cafés que le sirvieron camareros, sin más, ese café que nunca, jamás, le prepararon en la intimidad y a su gusto, esos cafés que querrían haber tomado con ella, cafés que nadie lo pretendió. Cafés al lado de quien fuese en cualquier parte y por motivos diferentes, diversos, diletantes. Cuántos cafés y hombres, aún y todavía... [p. 35]
HACIA MEDIADOS DE AGOSTO
Unos minutos antes de salir para Setúbal, una mujer piensa al amanecer algo sobre los cafés y los hombres. Cafés que tomó con ellos cuando fue una muchacha, cafés que pidió acompañada., en tantos sitios y situaciones, cafés que le sirvieron camareros, sin más, ese café que nunca, jamás, le prepararon en la intimidad y a su gusto, esos cafés que querrían haber tomado con ella, cafés que nadie lo pretendió. Cafés al lado de quien fuese en cualquier parte y por motivos diferentes, diversos, diletantes. Cuántos cafés y hombres, aún y todavía... [p. 35]
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