BIBLIOGRAFÍA
EXTREMEÑA
2014-2015
Manuel
Pecellín lancharro
Badajoz,
Fundación CB, 2016, 742 págs.
Además de su labor como dinamizador cultural
y estudioso de la literatura que reseñábamos de modo sucinto en una entrada anterior, Manuel Pecellín (Monesterio, 1944) ha venido recogiendo en volúmenes sucesivos la
actividad editorial de la región y la de los autores nacidos en Extremadura, un
registro valiosísimo tanto para el lector común como para el especialista que
se aproxime a cualquier faceta de la actividad cultural en la región
(antropología, arte, bibliofilia, bibliografía, biografía, ciencia, ensayo,
filosofía, geografía, historia, instituciones, lingüística, literatura
pedagogía, prensa periódica, sociología, teología, teoría literaria).
Recordaba Luis Landero en la presentación de
“Trazos”, el suplemento cultural del diario Hoy, en el mes de mayo de
2008, que cada vez se publican más libros (y, por tanto, más libros
prescindibles), que el panorama cultural
es, cada vez más, un bosque enmarañado por el que es difícil deambular.
De ahí la necesidad de “guías”, como el suplemento cultural que presentaba o
como el repertorio bibliográfico que comentamos y que, lamentablemente, según
nos informa el autor, será el último. La crítica honesta, la que no está a
sueldo de grandes grupos editoriales, aquella que es capaz de sopesar la
calidad literaria de una obra sin dejarse influir por ejemplares vendidos, la
que osa decir, cuando la ocasión llega, que el rey va desnudo, es
imprescindible. La obra que comentamos como el suplemento en que colabora realiza
esta insustituible función.
Bibliografía extremeña ofrece además
una historia de la edición en Extremadura durante estos dos años (14-15). Y es
que un panorama literario no inventariado es como un almacén de libros (y no
como una biblioteca), como un territorio desconocido no cartografiado. En
este sentido, nos encontramos ante una obra generosa, que reúne información muy
dispersa, pues a las editoriales de referencia en la región (Editora Regional
de Extremadura, departamentos de publicaciones de ambas diputaciones, editoras
privadas...) suma las numerosas autoediciones y publicaciones locales, que con
frecuencia pasan desapercibidas.
Bibliografía extremeña es, desde otro punto de vista, el resultado de un enorme esfuerzo personal, más propio de un equipo de personas, y, por su propia naturaleza, un trabajo arriesgado sometido a la crítica ajena: por las obras atendidas y desatendidas, por la extensión de las reseñas (que suelen mirar con lupa los escritores que no las leen sino que las miden)..., pero también una “bibliografía de autor”, que omite el juicio cuando no se considera capacitado, da valoraciones panorámicas, acoge juicios de otros lectores, no oculta preferencias personales… Una obra, en fin, de consulta, que muchos olvidarán citar, pero asimismo de lectura (controvertida, crítica…), idónea para irla adelantando en un blog, como el que el autor posee en la página web del diario Hoy, Libre con libros.
Bibliografía extremeña es, desde otro punto de vista, el resultado de un enorme esfuerzo personal, más propio de un equipo de personas, y, por su propia naturaleza, un trabajo arriesgado sometido a la crítica ajena: por las obras atendidas y desatendidas, por la extensión de las reseñas (que suelen mirar con lupa los escritores que no las leen sino que las miden)..., pero también una “bibliografía de autor”, que omite el juicio cuando no se considera capacitado, da valoraciones panorámicas, acoge juicios de otros lectores, no oculta preferencias personales… Una obra, en fin, de consulta, que muchos olvidarán citar, pero asimismo de lectura (controvertida, crítica…), idónea para irla adelantando en un blog, como el que el autor posee en la página web del diario Hoy, Libre con libros.
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