miércoles, 11 de octubre de 2017

El olvido nos protege de la belleza


EL OLVIDO NOS PROTEGE DE LA BELLEZA

Samuel Vásquez
Medellín (Colombia), Ed. Pequeña Alejandría, 2017, s. pag.
Texto preliminar de Lucía Estrada


   Nacido en Medellín en 1949, Samuel Vásquez fue cofundador y curador de la Bienal de Arte de Medellín y comisario de la Bienal de Pintura de Montevideo, fundador y director del Taller de Artes de Medellín y cofundador de la revista de poesía Prometeo así como organizador del Festival Internacional de poesía de Medellín. Paralelamente, Samuel Vásquez ha creado una obra literaria que se ha diversificado en poesía (Las palabras son puentes que nos separan, Gestos para habitar el silencio, Diario de la errancia, Echar las cartas….), el teatro (Técnica mixta, El bar de la calle Luna, Negret o la imaginación o El sol negro, premio nacional de dramaturgia) y el ensayo (Erratas de fe, Antonio Samudio, Trazas en el viento).
   Ahora, la editorial Pequeña Alejandría publica un cuidado volumen con textos extraídos, según indicación de la editora literaria, de conversaciones con el autor, que contiene sustancialmente una lúcida reflexión sobre la literatura y las artes en general, que Lucía Estrada valora así: “Este no es un libro sentencioso como muchos podrán juzgarlo. Es un documento de la sensibilidad y de la inteligencia crítica sin imposiciones, abierto y libre a la interpretación del lector que en estas páginas no encontrará nada que no haya sido dicho desde la raíz del ser. Tampoco hay en este libro la intencionalidad de una intelectualización a priori de la experiencia estética, ya que no fue escrito sino dicho, conversado, hecho de instantes e intensidades compartidas con quienes hemos estado junto a él, pero también con quienes desde ahora podrán seguir acercándose a su palabra, a esa conversación sin fin”.
   Reproducimos unas pocas entradas de entre las muchas que nos han asombrado por su belleza, por su lucidez o por su ingenio.



La rosa es un laberinto vegetal hecho de fuego.
(21)

La narración esta delante del espejo.
La poesía está al otro lado del espejo.
(123)

Mi enemigo se quedó esperando un rencor que no le concedo, un colmillo que no le muerde.
Esa espera es mi venganza.
(148)

La poesía responde con interrogantes las preguntas que no nos hacemos.
(199)

Todo deseo es puro.
Todo acto es imperfecto.
(213)

Indignos del legado indígena hemos convertido sus formas rituales en artesanía comercial.
(245)

En el relato hay que propiciar que la palabra viva una aventura tan apasionante como la del personaje.
(301)

Las palabras saben más de mí que yo de ellas.
(319)

El inocente no tiene coartada.
(467)

Apenas somos un recuerdo en labios de otro.
Si el otro calla, desaparecemos.
(475)

Para engañarnos y acusarnos de insensatos, nuestros enemigos se disfrazan de molinos de viento.
(708)

“El poeta es aquel que al hablar hace poner de pie a las cosas”.
   (Náhualt)
(727)

Cuando estés seguro de algo, encuentra una duda inteligente que te saque de ese atolladero.
(777)


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