MEDITERRÁNEO
João Luís Barreto Guimarães
Madrid, Vaso Roto Ediciones, 2018, 107
págs.
Edición bilingüe. Traducción de José Ángel Cilleruelo
Premio Nacional de Poesía Antonio
Ramos Rosa, 2017
Nacido en Porto en 1967, João Luís Barreto Guimarães es licenciado en
Medicina y Cirugía por la Universidad de Porto especializado en Cirugía Plástica
y Reconstructiva. Su primer libro de poemas, Há Violinos na Tribo, apareció en 1989. Le siguieron Trinta e Um de Fevereiro (1991), Este Lado para Cima (1994), Lugares Comuns (2000), 3 (poesía 1987-1994), aparecido en 2001,
Rés-do-Chão (2003) y A Parte pelo Todo (2009).
Aparecido en Portugal en 2016, Mediterráneo
logró el Premio Nacional de Poesía Antonio Ramos Rosa en el siguiente año, y
aparece ahora en la editorial Vaso Roto con traducción de José Ángel
Cilleruelo. El poemario traza un recorrido por el espacio físico y cultural del
mar Mediterráneo, con paradas en Rodas, Messina, la isla de Mykonos (Áno
Merá), Malta, Siracusa, Málaga… en composiciones que suman a la contemplación
del presente las evocaciones de un pasado a veces fúlgido en su belleza y a
veces bárbaro en su crueldad. Reproducimos una composición situada en el
Palacio de Topkapi, en Estambul.
A espada de Selim III
Inscrita na face da lamina en bela
caligrafia
uma última oraçao atravessa
o inimigo. De entre ambos
(espada e torso) apenas
este pereceu-
a espada ainda vive no Palácio Topkapi
privada do movimento com que
conheceu a gloria
(o gesto firme e antigo com que
deu expresao à ira)
cumprindo tempo pelo sangue torso
a torso
derramada condenada à vida eterna (na
prisao de uma vitrina) invejando cada
corpo
que nesse instante preciso
ama e dança sem fim (qual derviche)
no paraíso.
La espada de Selim III
Inscrita en la cara de la hoja con
bella caligrafía
una última oración atraviesa
al enemigo. De entre ambos
(espada y dorso) solo
este pereció-
la espada aún vive en el Palacio
Topkapi
privada del movimiento con el que
conoció la gloria
(el gesto firme y antiguo con el que
dio expresión a la ira)
cumpliendo a tiempo por la sangre
torso
a torso
derramada condenada a la vida eterna
(en la
prisión de una vitrina) envidiando
cada cuerpo
que en ese instante preciso
ama y baila sin fin (como derviche)
en el paraíso.
Muchas gracias, Simon.
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