MÁS AZUL, MÁS SILENCIO
Antología
Ana Mercedes Vivas
Bogotá, Departamento de Publicaciones de la
Universidad Externado, Col. Un libro por centavos, 2020, 75 págs.
Selección y cuidado de la autora
Nacida en Cali en 1960, Ana Mercedes Vivas es Comunicadora Social con estudios en Alta Gerencia y un Diplomado en narrativa desde Las Víctimas para Construcción de la Memoria Histórica. Además, ha sido periodista en diversos medios y gerente de comunicaciones y asuntos corporativos en agencia de publicidad. Como poeta, publicó su primer libro, Verso a verso, en 1986, al que siguieron Las trampas del amor (1991), La noche del girasol (1996), Material de guerra y otros materiales (2001), Entre la espada y la pared (2009) y Corazón de pájaro (2020). En 1996 recibió el Premio Nacional de Poesía Carlos Saavedra por los poemas de Cartas de la nostalgia.
Ahora, la
Universidad Externado de Colombia publica una antología de su obra en la
colección Un libro por centavos que, con tiradas muy altas y entrega gratuita
con la revista El Malpensante,
distribuye también por bibliotecas públicas, casas de cultura, colegio, universidades,
cárceles. Los ejemplares pueden encontrarse en las universidades de Stanford,
Yale y Harvard. Más azul, más silencio,
que reúne poemas de los títulos citados,
transita por temas universales como la familia, el amor, el viaje (Nueva York,
Londres, Granada), abierta asimismo al compromiso y a la denuncia, como los
textos que reflejan la ciega violencia de organizaciones criminales (“Las
sirenas de las ambulancias gritan / la enfermedad que nos desahucia”. Calle 43,
Cra. 15), el asesinato político (“Tenemos miedo / por nuestra carne, / por la
del otro, / el que encontraron / al borde la carretera”. Un sueño nuevo de las
escalinatas), la incesante guerra civil (“Llegaron flotando por el río. / Eran
los ‘NN’ de la guerra”. Los sin nombre), las víctimas inocentes del conflicto (“Vienen
del llanto y del dolor / de los muertos no encontrados, / de todo lo perdido”.
Las mujeres de la guerra), pero también la irrupción de terrores que creíamos
olvidados como es la sensación de indefensión ante una peste avasalladora (“-“Tan
inermes, / como entonces / tan doblegados por el miedo”. Más azul, más
silencio). Reproducimos una de estas composiciones comprometidas con el terrible
destino de los más desfavorecidos.
INMIGRANTES
Llegan por el mar como la espuma
o como los maderos de un velero rendido
al embate
de las olas.
Son el naufragio mismo.
La
marea baja
que arrastra y nos cuestiona
nuestra propia humanidad,
la sal de todas las lágrimas
que deberíamos derramar.
Con sus labios evocan
pasados
presurosos,
y dátiles y flores en medio del desierto
tienen en la mirada un solo destino:
La
playa de ese continente
donde puedan
estar a salvo.
Allí, donde el niño pueda crecer
y los ojos de las mujeres
no se vistan de pánico,
debajo de los velos.
Son “Ramy”,
¿sabíamos que quiere decir
viento gentil?
O Layan, ¿que es el nombre árabe para
amable y tierno?
O Layan, el que amado
por todos
no
pudo llegar
y dejó su pequeño corazón
en las orillas de la esperanza.
Tienen nombres, tienen sueños,
son más que una cifra de repetición:
Pido
rosas, ¡rosas!
Y no alambre de púas
para
ellos.
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